¿En busca de antigüedades? ¡Suerte!



Ahora le estoy agarrando el gusto a buscar antigüedades. Es cómo descubrir tesoros escondidos en algún escaparate y tener suerte de pescar algo verdaderamente valioso. Aunque no tengo mucha experiencia, estoy aprendiendo a tener cuidado. Hace unos días compré una pulsera preciosa en plata, al menos eso creía. Pero resulta que esa belleza de filigrana y con ojos de tigre estaba en el mostrador de una joyería. La miré y me encantó...tenía escrito Made in china. Silver. Al principio pensé que era una copia pero la vendedora me aseguro que era de plata. El precio me pareció bastante razonable para lo que veía. Primero antes de pagarla exigí una factura que detalle que era de plata y que las piedras eran ojo de tigre para asegurarme de un posible reclamo. Fui donde un amigo que vende joyas para que la limpie. Luego de hacerlo la dejó más reluciente pero al verla nuevamente con la lupa me dijo: -No es plata. Mira alrededor de las piedras se ve un metal naranja.Además siempre certifica que tenga el sello de 950 o 925-.  Me quedé fría. -Me han estafado- me dije. Pero inmediatamente pensé que tenía la factura y era fácil reclamar. Regresé a la joyería pero la dueña ya no estaba. Luego en la tarde volví pero tampoco se encontraba la dueña. Finalmente al día siguiente la pude encontrar. Al ver que estaba contrariada me dijo: -Es plata. Lo que pasa es que nosotros para que quede más brillante le hemos dado un baño de cobre para luego fije un baño de plata. Pero la voy a lijar para que usted vea como reacciona con el ácido.
Yo no dejaba de ver cómo la dueña lijaba prolijamente y echaba un ácido al metal.-¡Ve...esta blanco, es porque es plata y de la más fina. Ahora voy a intentar con otro metal para que vea cómo se pone verde!- En ese momento ví que efectivamente una sortija de acero parecía hervir y cambiar a un color verdoso. Ya no sabía que pensar. ¿Sería cierto lo que me decía la vendedora? ¿Se habrá equivocado mi amigo?
-Disculpe le dije, pero ya no me quedó contenta con ella. Al ver que ya no la quería y ante la factura me devolvió el dinero. Y yo pueda ser que perdí una gran compra pero es preferible a estar insegura.
Pasado eso me prometí pedir siempre una factura con las especificaciones de lo que se me ofrece. A l vuelta de la esquina encontré esta belleza que ven en la foto. Un rostro tallado en marfil. ¿Seguro que será marfil?- le pregunté a la dueña. -¡Seguro!- me dijo.  ¡Si no lo es me lo devuelve! Esa pieza la adquirí hace diez años y ya he vendido varios y nadie me ha reclamado nunca, además es el último que me queda. Lo compré muy segura ya que tengo la factura detallada y además al llegar a casa la puse bajo la lupa y en verdad tiene un brillo y sedosidad al tacto espectacular. Estoy pensando en hacerlo como un camafeo en el futuro, ya les enseño cómo me queda. Enjoy!

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